lunes, 19 de noviembre de 2012

Fumando espero

Me paso el día esperando. Y si fumara, que no es el caso, me lo pasaría fumando. Esperando un buen trabajo. O un trabajo, a secas. Esperando un golpe de suerte. Esperando ese destino para el que estoy creada. Mi propio camino. Me paso el día esperando que llegue algo que haga cambiar mi monótona vida. Algo por lo que merezca la pena levantarse cada día y luchar. Un golpe de suerte, un premio de lotería o simplemente un poco de emoción.

Me dijeron que estudiara una carrera. Tendrás más salidas, decían unos. Estudia lo que te gusta, comentaban otros. Y tú te ves ahí, en una encrucijada, teniendo que elegir algo que marcará el resto de tu vida. Al final haces caso a los mayores, llenos de sabiduría, y buscas una carrera (por supuesto, un módulo estaba mal visto, era para "tontos". Y yo me pregunto quién es el tonto ahora.) que te llena, que te gusta, que te apasiona. 

Cinco años de estudios en los que te vas haciendo una pequeña idea de lo que te depara, de lo que es el mundo periodístico. O eso es lo que crees tú. Cinco años de clases muy teóricas y poco prácticas y en los que crees que has aprendido a redactar y comunicar. Nada más lejos de la realidad.



Cuando te lanzas a la jungla de asfalto y empiezas a currar en lo que a tí te gusta, te das cuenta de lo que hay. No es oro todo lo que reluce. Ni siquiera plata. Horas y horas de trabajo duro, porque quieres destacar, ser el mejor. Sueldos míseros en el mejor de los casos. Mucho intrusismo. Pocos agradecimientos, y poco respeto por la profesión periodística. Los empresarios se aprovechan del mal del periodista: una profesión vocacional. Al escuchar esto se ilumina la bombilla y encuentran una mano de obra cualificada muy barata. Total, van a trabajar y con mucho gusto, deben de pensar. Y no les falta razón, en época de crisis todo es más difícil y muchos compañeros se agarran a un clavo ardiendo aunque su sueldo sea de un euro por post publicado.

Pero no me malinterpreteis. A pesar de todo, me gusta esta profesión. Cuando la pruebas te atrapa, y ya no puedes salir. Y es para lo que he nacido. Para escribir, para informar, para comunicar. Así que seguiré intentándolo, esperando ese golpe de suerte y esa emoción que me lleve a ponerme delante de un ordenador y aporrear teclas hasta que salga algo inteligible y digno de contar.

Pero hasta entonces, pasaré por aquí a menudo, tratando de que no se me olvide el arte de escribir y contando lo que me ocurre por la tierra de las flores, de la luz y del amor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario